viernes, 30 de noviembre de 2012

Danza Folklorica

 


INTRODUCCION

 

En este documento hablaremos de la Danza folklórica en México o mejor conocida como regional mexicana., en cuanto a que se produjo con características culturales propias que lo diferenciaron en las diversas regiones de nuestro territorio. El hecho de hablar de danza folklórica no es solo hablar de danza sino de su origen, de su historia así como de su música.

El baile tradicional es un estilo de expresión de la danza, producto de las tradiciones y formas de divertirse de un pueblo en una determinada época y región. Se interpreta de manera espontánea, y a diferencia de la danza autóctona, que es religiosa, el baile tradicional es de carácter festivo; es decir, se ejercita como una forma de diversión de la población.
 
 
 
 

ORIGEN DE LA DANZA

El baile tradicional adoptó dos modalidades. Puede ser llamado también popular, puesto que en sus múltiples estilos, en nuestro país, lo practicaron deferentes sectores sociales, derivándose bailes propios de la aristocracia, o de la clase alta, y otros muy diferentes de los de condición humilde.

Esto quiere decir que aunque el baile tradicional mexicano tiene un mismo origen, influencia y rasgos parecidos, no es uno, ni se interpreta de la misma forma en todas partes. Varía en su música, pasos, actitudes de los ejecutantes, vestuario, formas coreográficas y el espacio en que realiza, en cada región del país.

El deseo de libertad del pueblo mexicano se comienza a manifestar en muchas actividades culturales y políticas en las cuales el arte no podía ser la excepción.


 

HISTORIA DE LA DANZA

Antes de la llegada de los españoles, los pueblos establecidos en nuestro territorio desarrollaron una cultura avanzada en todos los ámbitos del conocimiento humano; en ella, las artes y la danza tenían una importancia fundamental en la vida social.

En la época prehispánica se celebraban numerosas festividades de tipo religioso, militar y social durante todo el año y eran dedicadas a los dioses que tenían; las ceremonias consistían en infinidad de actividades como la poesía, cantos, música y danza.
 

 

En la actualidad, la reconstrucción de las danzas prehispánicas representa un problema debido a la poca información confiable con que se cuenta, ya que con la llegada de los españoles a América, la cultura de los pueblos establecidos fue desapareciendo. Muchas de las costumbres que los naturales tenían experimentaron diversos cambios. La imposición de nuevas ideas religiosas por los frailes llegados de España modificó la danza, en sus formas coreográficas, pasos y sobre todo el sentido y significado para ejecutarla.

Al principio se establecieron diferencias en costumbres y culturas, pero poco a poco se fueron acortando distancias, mezclándose y abandonando, hacia finales de la época colonial, y como consecuencia de la búsqueda de la identidad mexicana, una cultura variada en cuanto a su origen complejo.


México, al término de la lucha de la independencia, y durante las intervenciones extranjeras que sufrió la nación, además de las luchas internas entre liberales y conservadores, adquirió un nuevo clima patriótico. Se buscó en las artes los valores que nos identificaran, encontrando en los bailes una verdadera tradición nacionalista.

De esta forma, los bailes acentuaron el carácter costumbrista y localista, al desarrollar nuevas formas de bailar, que definían estilos de acuerdo con una tradición construida en tres siglos de mestizaje racial y cultural, con fundamento netamente mexicano.
En la región norte se bailaron las poleas, redovas y shotises, conforme a la ejecución y coreografía de la cuadrillas; los bailes de todas las clases sociales adquirieron una fuerza inusitada.
En los pueblos de la costa del Golfo de México se interpretaron fandangos y huapangos, y sones en las comunidades del occidente y pacífico sur.



En ese tiempo, surgen los mariachis, quienes reproducen sones y jarabes a los que se les llamó “sonecitos de la tierra”, y en los cuales el zapateado se convierte, con sus variantes regionales, en el común denominador de los pasos, por su fuerza y virilidad.








Los bailes entonces, tienen un alto contenido político y revolucionario que, junto con las ideas de libertad y las maneras de divertirse, adquiridas por los luchadores insurgentes, se difundieron por todo el país. Tanto el baile como la música, comentan, describen y ridiculizaban las condiciones políticas y sociales que vivía la nación.

La población ya no se ocupó de los bailes de salón que resultaban ya muy limitados para expresar la euforia del sentimiento nacionalista y el rescate de la soberanía del país.

Las victorias logradas en las batallas requerían una alegría más desbordante. Los bailes se hacen más espontáneos, breves, naturales, de acuerdo con la necesidad de comunicar la alegría y el vigor demostrados durante la batalla.

Los pasos y la coreografía se identificaron con los cambios que requería la nueva condición del país y surgieron bailes que caracterizaron e hicieron referencia a las actividades laborales y artesanales, como son los bailes campesinos, mineros, ganaderos, etcétera.

Los sones y jarabes se bailaron muchas veces con ejecuciones de “suertes”, que eran acciones en las que los bailarines demostraban sus destrezas con objetos al bailar (machetes, botellas, jarros de agua sobre la cabeza) para obtener el reconocimiento del pueblo y la admiración de la mujer que les interesaba.








No se puede afirmar categóricamente el origen definido de una forma o estilo de un baile tradicional por la falta de datos y el carácter anónimo. Sin embargo, se pueden señalar algunas zonas o regiones del territorio nacional. Los bailes regionales surgen como producto de pasos y estilos que se pusieron de moda. Al penetrar al país se arraigaron con tal fuerza que caracterizaron la expresión dancística del pueblo que los acogió.

Aunque se reconozca que los bailes pertenecen a una constante invasión cultural de Europa a América, no se puede negar que el estilo, significado y manera de ejecutarlos que aportaron los mexicanos de diferentes regiones renovaron sus características. El baile se hace espontáneo, ágil y con la alegría auténtica que brinda el sentirse en una patria libre. Lo lugares para bailar se hacen menos exigentes y se improvisan escenarios en plazas, mercados, patios, tertulias, ferias, etcétera, que sirvieron de descarga emocional de las tensiones y como manifestación de los nuevos acontecimientos sociales.
 
 

MUSICA TRADICIONAL

En la actualidad es difícil estudiar la música tradicional: el contexto de la globalización y la producción de música masiva han dado como resultado una difuminación de los límites entre lo tradicional y lo comercial.

Por su parte, los músicos tradicionales se encuentran en un dilema: conservar “intacta” su tradición o vivir de sus conocimientos acerca de la música tradicional. Además, hay que considerar la diversidad de actores sociales que intervienen en la creación y definición de la música tradicional. Todo esto hace del tema de la música tradicional un espacio desde donde se pueden generar una serie de reflexiones sobre la dinámica sociocultural de las sociedades actuales. El presente trabajo toma al caso mexicano, en particular la internacional música del mariachi y el ahora cosmopolita son jarocho, como objetos de análisis para desarrollar algunas de estas reflexiones.

Hablar de la danza y música tradicional mexicana en unas cuantas páginas es ambicioso e imprudente.

Por una parte la música del mariachi o ranchera, que es una expresión musical de origen tradicional que fue impuesta como modelo nacional posrevolucionario y en torno a la cual se fundó y exportó el primer producto cultural del Estado mexicano. Por otra parte, el son jarocho, que es otra de las expresiones de música tradicional que se ha estudiado durante los últimos años, y que a diferencia del mariachi no logró convertirse en el modelo nacional. Analizando estos ejemplos, el siguiente trabajo intenta plantear una serie de reflexiones sobre los cambios que la música tradicional ha tenido hoy día, en el contexto de la globalización.
 


CONCLUSIÓN

Es importante señalar que, hay diferencia entre lo popular y lo tradicional, esto lo remarco porque utilizar uno como sinónimo del otro, confunde y limita el sentido de la discusión sobre el tema. En este sentido y regresando al tema de la música, lo tradicional es un concepto que va ligado a los usos de las expresiones musicales en un contexto social, en un ambiente grupal, étnico, religioso, si se quiere ideológico, y que por lo tanto no tiene que ver con términos comerciales, sino con un uso comunitario.

El estudio musicológico es fundamental para comprender la estructura musical, ya que con esto se pueden encontrar formas musicales muy concretas que trascienden a lo largo de la historia y que nos hablan de la transformación de las tradiciones.

 

BIBLIOGRAFIA

 

Arellano Chávez, Josefina. (2009) Danza folklórica mexicana en educación básica/Ed. Trillas

Tortajada, Margarita. (2000) La danza escénica de la Revolución Mexicana, nacionalista y vigorosa/ México: Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana

Ramos Smith, Maya, (1944) La danza en México durante la época colonial / México: Alianza Editorial Mexicana: CONACULTA


Martí, Samuel.(1961) Canto, danza y música precortesianos /México : Fondo de Cultura Económica

Heredia Casanova, Marta. (1999)El jarabe: baile tradicional de México Jalisco: Secretaría de Cultura, Gobierno del Estado de Jalisco

 


 

 patolinrojas@hotmail.com

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