INTRODUCCION
En este documento hablaremos
de la Danza folklórica en México o mejor conocida como regional mexicana., en cuanto a que se produjo con características
culturales propias que lo diferenciaron en las diversas regiones de nuestro
territorio. El hecho de hablar de danza folklórica no es solo hablar
de danza sino de su origen, de su historia así como de su música.
El baile tradicional es un estilo de expresión de la
danza, producto de las tradiciones y formas de divertirse de un pueblo en una
determinada época y región. Se interpreta de manera espontánea, y a diferencia
de la danza autóctona, que es religiosa, el baile tradicional es de carácter
festivo; es decir, se ejercita como una forma de diversión de la población.
ORIGEN
DE LA DANZA
El baile tradicional adoptó dos modalidades. Puede ser
llamado también popular, puesto que en sus múltiples estilos, en nuestro país,
lo practicaron deferentes sectores sociales, derivándose bailes propios de la
aristocracia, o de la clase alta, y otros muy diferentes de los de condición
humilde.
Esto quiere decir que aunque el baile tradicional
mexicano tiene un mismo origen, influencia y rasgos parecidos, no es uno, ni se
interpreta de la misma forma en todas partes. Varía en su música, pasos,
actitudes de los ejecutantes, vestuario, formas coreográficas y el espacio en
que realiza, en cada región del país.
El deseo de libertad del pueblo mexicano se comienza a
manifestar en muchas actividades culturales y políticas en las cuales el arte
no podía ser la excepción.
HISTORIA DE LA DANZA
Antes de la llegada de los españoles, los pueblos
establecidos en nuestro territorio desarrollaron una cultura avanzada en todos
los ámbitos del conocimiento humano; en ella, las artes y la danza tenían una
importancia fundamental en la vida social.
En la época prehispánica se celebraban numerosas
festividades de tipo religioso, militar y social durante todo el año y eran
dedicadas a los dioses que tenían; las ceremonias consistían en infinidad de
actividades como la poesía, cantos, música y danza.
En la actualidad, la reconstrucción de las danzas
prehispánicas representa un problema debido a la poca información confiable con
que se cuenta, ya que con la llegada de los españoles a América, la cultura de
los pueblos establecidos fue desapareciendo. Muchas de las costumbres que los
naturales tenían experimentaron diversos cambios. La imposición de nuevas ideas
religiosas por los frailes llegados de España modificó la danza, en sus formas
coreográficas, pasos y sobre todo el sentido y significado para ejecutarla.
Al principio se establecieron diferencias en costumbres y
culturas, pero poco a poco se fueron acortando distancias, mezclándose y
abandonando, hacia finales de la época colonial, y como consecuencia de la
búsqueda de la identidad mexicana, una cultura variada en cuanto a su origen
complejo.
México, al término de la lucha de la independencia, y
durante las intervenciones extranjeras que sufrió la nación, además de las
luchas internas entre liberales y conservadores, adquirió un nuevo clima
patriótico. Se buscó en las artes los valores que nos identificaran, encontrando
en los bailes una verdadera tradición nacionalista.
De esta forma, los bailes acentuaron el carácter
costumbrista y localista, al desarrollar nuevas formas de bailar, que definían
estilos de acuerdo con una tradición construida en tres siglos de mestizaje
racial y cultural, con fundamento netamente mexicano.
En la región norte se bailaron las poleas, redovas y
shotises, conforme a la ejecución y coreografía de la cuadrillas; los bailes de todas las
clases sociales adquirieron una fuerza inusitada.
En los pueblos de la costa del Golfo de México se interpretaron fandangos y huapangos, y sones en las
comunidades del occidente y pacífico sur.
En ese tiempo, surgen los mariachis,
quienes reproducen sones y jarabes a los que se les llamó “sonecitos de la tierra”,
y en los cuales el zapateado se convierte, con sus variantes regionales, en el
común denominador de los pasos, por su fuerza y virilidad.
Los bailes entonces, tienen un alto contenido político y revolucionario
que, junto con las ideas de libertad y las maneras de divertirse, adquiridas
por los luchadores insurgentes, se difundieron por todo el país. Tanto el baile
como la música, comentan, describen y ridiculizaban las condiciones políticas y
sociales que vivía la nación.
La población ya no se ocupó de los bailes de salón que resultaban ya muy
limitados para expresar la euforia del sentimiento nacionalista y el rescate de
la soberanía del país.
Las victorias logradas en las batallas requerían una alegría más
desbordante. Los bailes se hacen más espontáneos, breves, naturales, de acuerdo
con la necesidad de comunicar la alegría y el vigor demostrados durante la
batalla.
Los pasos y la coreografía se identificaron con los cambios que requería
la nueva condición del país y surgieron bailes que caracterizaron e hicieron
referencia a las actividades laborales y artesanales, como son los bailes
campesinos, mineros, ganaderos,
etcétera.
Los sones y jarabes se bailaron muchas veces con ejecuciones de “suertes”, que eran acciones en las que los bailarines demostraban
sus destrezas con objetos al bailar (machetes,
botellas, jarros de agua sobre la cabeza) para obtener el reconocimiento
del pueblo y la admiración de la mujer que les interesaba.
No se puede afirmar categóricamente el origen definido
de una forma o estilo de un baile tradicional por la falta de datos y el
carácter anónimo. Sin embargo, se pueden señalar algunas zonas o regiones del
territorio nacional. Los bailes regionales surgen como producto de pasos y
estilos que se pusieron de moda. Al penetrar al país se arraigaron con tal
fuerza que caracterizaron la expresión dancística del pueblo que los acogió.
Aunque se reconozca que los bailes pertenecen a una
constante invasión cultural de Europa a América, no se puede negar que el
estilo, significado y manera de ejecutarlos que aportaron los mexicanos de
diferentes regiones renovaron sus características. El baile se hace espontáneo,
ágil y con la alegría auténtica que brinda el sentirse en una patria libre. Lo
lugares para bailar se hacen menos exigentes y se improvisan escenarios en plazas, mercados, patios, tertulias, ferias,
etcétera, que sirvieron de descarga emocional de las tensiones y como
manifestación de los nuevos acontecimientos sociales.
MUSICA TRADICIONAL
En la actualidad es difícil estudiar la
música tradicional: el contexto de la globalización y la producción de música
masiva han dado como resultado una difuminación de los límites
entre lo tradicional y lo comercial.
Por su parte, los músicos tradicionales se encuentran en un dilema:
conservar “intacta” su tradición o vivir de sus conocimientos acerca de la
música tradicional. Además, hay que considerar la diversidad de actores
sociales que intervienen en la creación y definición de la música tradicional. Todo
esto hace del tema de la música tradicional un espacio desde donde se pueden
generar una serie de reflexiones sobre la dinámica sociocultural de las
sociedades actuales. El presente trabajo toma al caso mexicano, en particular
la internacional música del mariachi y el ahora cosmopolita son jarocho, como
objetos de análisis para desarrollar algunas de estas reflexiones.
Hablar de la danza y música tradicional mexicana en unas cuantas páginas
es ambicioso e imprudente.
Por una parte la música del mariachi o ranchera, que es una expresión
musical de origen tradicional que fue impuesta como modelo nacional
posrevolucionario y en torno a la cual se fundó y exportó el primer producto
cultural del Estado mexicano. Por otra parte, el son jarocho, que es otra de
las expresiones de música tradicional que se ha estudiado durante los últimos
años, y que a diferencia del mariachi no logró convertirse en el modelo
nacional. Analizando estos ejemplos, el siguiente trabajo intenta plantear una
serie de reflexiones sobre los cambios que la música tradicional ha tenido hoy
día, en el contexto de la globalización.
CONCLUSIÓN
Es importante señalar que, hay diferencia entre lo popular y lo
tradicional, esto lo remarco porque utilizar uno como sinónimo del otro,
confunde y limita el sentido de la discusión sobre el tema. En este sentido y
regresando al tema de la música, lo tradicional es un concepto que va ligado a
los usos de las expresiones musicales en un contexto social, en un ambiente
grupal, étnico, religioso, si se quiere ideológico, y que por lo tanto no tiene
que ver con términos comerciales, sino con un uso comunitario.
El estudio musicológico es fundamental para comprender la estructura
musical, ya que con esto se pueden encontrar formas musicales muy concretas que
trascienden a lo largo de la historia y que nos hablan de la transformación de
las tradiciones.
BIBLIOGRAFIA
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